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Nápoles, Costa Amalfitana con Paestum.

Faraglioni di Capri
01 Jun 2019

 

 

Nápoles, Capri  y la Costa Amalfitana. Un viaje de conducción complicada.

Un viaje esperado,  deseado y a la vez complicado. Complicado por la comodidad de intentar llegar siempre directo desde origen a Nápoles. En este caso decidimos entrar por Roma y coger el  vehículo de alquiler en el aeropuerto de la ciudad eterna. De nuevo error. Y digo de nuevo por que es la tercera vez que entraba en la periferia de Roma conduciendo y siempre el tráfico ha sido caótico y desesperante.

Este factor ha hecho que decida que es mejor buscar siempre el origen en España para llegar a destino y evitar la conducción en países ajenos.

Salvado este obstáculo decidimos alojarnos en un hotel fuera de Nápoles a los pies del Vesubio, lejos de la ciudad y en un entorno más original y serenado. Fue un acierto. Hotel verde con unos jardines para su disfrute. Nuestro primer punto del itinerario fue la subida al cono y cráter del Vesubio. No apto para los que no les gusten andar y subir cuestas pero toda una experiencia inolvidable el estar en la misma humeante boca del famoso volcán con una espectacular y abrumadora vista del Golfo de Nápoles.

Nuestra segunda parada y fonda. Nápoles ciudad. Ya avisado de que Nápoles no es la Italia del norte y que contrasta por su suciedad, calles oscuras  y mafia es todo un espectáculo de contraste con cualquier otro sitio de Italia que hayas visitado anteriormente. Aquí comienza nuestra odisea y en particular la mía como conductor de minivan de 9 plazas. He conducido por muchos países, ciudades y situaciones complicadas pero Nápoles y la costa Amalfitana es la prueba definitiva y el examen final con la venia de la ciudad del Cairo. La norma es que no hay norma excepto que si te paras o dudas te pitan. Hay que lanzarse. Tal cual y esto es válido para vehículos y peatones. Es increíble como dentro de este caos los peatones cruzan sin previo aviso y siempre por sitios que no deben así como prácticamente esta todo permitido circulando a nivel de atrevimiento excepto pararse por tiempo innecesario o dudar en pasar. Desafortunadamente buscando parking me adentre en las calles del casco antiguo con la tremenda Fiat Ducato, que no es que sea de las más pequeñas de su gama, encontrándome calles estrechas de ángulos de 90 grados, calles de único sentido con coches en ambos sentidos de la circulación y para colmo la policía presenciando todo y cometiendo las mismas imprudencias como algo normal. Así cruce todo Nápoles para volver al punto de origen sano y salvo pero con dos galones más de experiencia en  conducción. Nunca hay que ponerse nervioso ni dudar. Dentro de todo este caos reina un orden donde nada colisiona como si fueran átomos que repelen. De verdad es increíble como funciona el tráfico en Nápoles. Mas adelante en la segunda prueba pondremos en práctica esta teoría.

Sin destacar nada de Nápoles como especial en un día se puede ver:

 LA CALLE SPACCANAPOLI DE NÁPOLES.
CASTEL DELL´OVO.
PLAZA DEL PLEBISCITO.
GALLERIA UMBERTO I.
EL BARRIO ESPAÑOL DE NÁPOLES.
CASTEL NUOVO – MASCHINO ANGIOINO.
VIA SAN GREGORIO ARMENO.
CATEDRAL DE SAN GENNARO – DUOMO DE NÁPOLES.

En definitiva hay que tener cuidado con las expectativas sobre Nápoles cuando uno ha viajado por el norte de Italia pues no tiene nada ver su cultura, sus gentes, su arquitectura y sobre todo su turismo.

Singular también el hecho de cómo  funciona la mafia en todas partes, hechos como que a pesar de haber parquímetros, el pago se realiza solo en efectivo a los “cuidadores” o como por ejemplo en nuestro siguiente paso en Pompeya, cuando pedimos de pagar el grupo con tarjeta de crédito en taquilla y nos dijeron que solo admitían efectivo y nada de factura tratándose de unos de los museos mas importantes del mundo.

Pompeya es digna de ver. Su conservación en comparación con otras ruinas Romanas evidentemente es la mejor. Conservando incluso los colores de sus frescos en su domus y  sus atrios perfectamente conservados. Sin lugar a dudas hay que visitarla con guía a ser posible privado. Tras la visita a Pompeya y ante el interés y sugerencia de un acompañante del grupo de visitar Paestum,  (antigua ciudad griega de Poseidonia o Posidonia), y  pesar de la distancia de 92 km desde Nápoles, decidimos poner marchar y huir de la ciudad, lo cual fue todo un acierto. Este pequeño pueblo tiene un paseo muy agradable cerrado al tráfico donde puedes observar los templos espectacularmente conservados y donde pudimos degustar una maravillosa comida de la región con las bonanzas del clima de mayo.  Especial agradecimiento a Maria Soler por su insistencia en visitar Paestum pues gracias a ella descubrimos esta joya y disfrutamos de unos momentos inolvidables. 

Para acabar, quien nos iba a decir que después de tanta piedra y kilómetros aun nos iba a sobrar tiempo y ganas para visitar también Herculano.

Si tuviera que elegir entre visitar Pompeya o Herculano elegiría este segundo enclave.



Esta pequeña villa se encuentra aun mejor conservada que Pompeya pero impresiona bastante más al estar todo ese dolor y muerte producida por la erupción del Vesubio mucho mas concentrada en un espació mucho mas pequeño.

Ponemos rumbo a la Costa Amalfitana y comienza un peregrinaje por una carretera que transcurre de  Sorrento a Salerno con una distancia de 57 km, bordeando la costa de un solo carril por sentido y tan estrecha a veces que te puedes asomar al acantilado sobre el mar desde la propia ventanilla el vehículo. Dicha carretera puede tomar dos horas  y media en recorrerla si el trafico es denso. Y lo es. Como siempre y todo bien calculado, en la primera colina que gira el cabo de Montechiaro hacemos una parada, siempre precipitada y sin previo aviso para que disfrute más el público, sobre el hotel Mega Mare para deleitarnos con las vistas de la costa Sorrentina y sus acantilados. Un espectáculo que recorre la piel evocando el “glamour” de las películas de época.

Elegimos de base para el hotel la población de Maiori. Tal vez por estar un poco fuera de las zonas mas turísticas. En nuestra andadura desde Nápoles hacia Maiori hicimos parada en Sorrento, visitando su puerto y sus animadas calles disfrutando del shopping y “limoning” continuando hacia Positano donde teníamos reserva para comer en un restaurante con espectaculares vistas. Cabe destacar que Positano  desciende por la ladera de la montaña y sus acantilados y que es carretera de sentido único, sin parking en la via publica por lo cual su acceso en vehículo es toda otra odisea. Encuentra parking para luego descender innumerables escaleras hasta el nivel del mar. Esto plantea si no es mejor visitar la  costa Amalfitana en barco debido a la complejidad de sus carreteras. Otra experiencia memorable con almuerzo inolvidable con la mejor compañía. Con las pilas cargadas seguimos bordeando la costa y su carretera, que cabe añadir que los autobuses grandes están prohibidos debido a su estrechez, pues aun así, alguno nos encontramos que generaba tal atasco en prácticamente todas las curvas y poblaciones que se encontraba a su paso.

Una vez en Amalfi disfrutamos de un gelatto italiano y de su catedral de San Andrés Apostol, joya de de estilo románico árabe-normando. Una preciosidad.  

Continuamos nuestra marcha y con tiempo aun de sobra decidimos subir un poco más hacia la localidad  Ravello,  lugar de retiro de artistas, músicos y escritores,  que se eleva a unos 365 metros sobre el nivel del mar para poder apreciar una de las vistas mas bellas de la costa Amalfitana. Pero … antes de dejar la carretera nos encontramos en un cruce donde dos vehículos nos disponíamos a girar y subir y tres vehículos a bajar y girar sin ninguna indicación en suelo, ni intermitentes, semáforo o cualquier otro elemento que dirigiera el tráfico. Aquí pusimos en práctica la teoría antes mencionada, lanzándonos los 5 a la vez con tal precisión y orden que ya quedó asentada la base de la teoría de lanzarse con valor y al toro. Orden dentro del caos. Es muy interesante para un conductor apreciar este caos y vislumbrar al final un orden dentro de ese caos. Parada y fonda en Maiori.

Con un nuevo despertar  volvemos hacia atrás por nuestra estupenda carretera hacia Sorrento, para embarcarnos en un deslumbrante barco contratado en privado para el grupo para llevarnos a la famosa isla de Capri, Anacapri y navegar por sus aguas. Sinceramente mereció la pena. Otro nivel de excursión totalmente recomendable y mucho mas después de ver y conocer Capri, donde ante la saturación de sus turistas y falta de atractivo en su población hace que la travesía sea lo mejor del viaje ya que la isla se ha convertido en un centro comercial. La gruta azul saturada,  con cientos de barcos y personas esperando para entrar y salir. Las calles abarrotadas de turistas donde solo encuentras tiendas con precios desorbitados, restaurantes y poco atractivo cultural.

Mencionar las espectaculares vistas desde los “Giardini di Augusto”  y su preciosa foto pero realmente lo mejor fue la travesía y la sugerencia de nuestro patrón de barco de entrar por la parte trasera de la isla y comer en un restaurante “concertado”, (recordad siempre que la mafia está presente), que a pesar de la “comisión” fue la mejor opción al poder comer prácticamente solos con espectaculares vistas de los  “Faraglioni”.

Andiamo con  nuestra navegazioni hacia los Faraglioni como si fuéramos los protagonistas del anuncio de Dolce y Gabbana de ropa interior cruzando por su estrecha abertura en el Faraglioni del Mezzo donde dice la tradición se debe besar bajo su arco. Remate con brindis con Prosecco  para poner punto y final a un mágico día.

Para finalizar nuestro viaje decidimos dar un paseo por Salerno antes de partir con un vistazo rápido a su catedral y acueducto. Parada técnica para comer en Caserta aunque no pudimos disfrutar de los jardines del palacio Real de Caserta por falta de tiempo si obtuvimos una multa de obsequio para culminar la conducción.

Hay que tener muy presente que prácticamente en todas las ciudades italianas está prohibido el acceso de vehículos al casco antiguo por lo que sepáis que es multa asegurada.

Como no a la vuelta autopistas colapsadas en el cinturón que Rodea Roma. Recordad siempre ir con mucho tiempo de antelación al aeropuerto. Siempre pasa algo.

Sin lugar a dudas un viaje complicado.

Rafael Lillo.

Video foto-montaje  https://youtu.be/kDhmxRKGdvI

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